En el mundo empresarial de la actualidad se presta mucha atención a los activos tangibles y a aquellos intangibles que representan utilidades potenciales claramente visibles. Pero también existen valores intangibles que no se presentan en el balance general y a
los que no se les ha prestado la misma atención, los cuales en muchos casos,
llegan a ser mucho más valiosos que los activos tangibles. Nos estamos refiriendo de la
capacitación, un valor intangible que representa el conocimiento al interior de
las organizaciones y que al ser explotado, constituye un paso firme hacia su desarrollo.
Es importante recalcar que hoy más que nunca debemos
entender que el éxito de una organización depende cada vez más del
conocimiento, habilidades y destrezas de sus trabajadores. Cuando el talento
de los empleados es valioso, raro y difícil de imitar, y sobre todo organizado,
una empresa puede alcanzar ventajas competitivas que se apoyan en las
personas, aspectos que los directivos de las empresas de recursos humanos no se cansan de señalar.
La inversión en capacitación y estímulos
para los empleados es una decisión que asegura el éxito a largo plazo para las
empresas, sin embargo, en muchos casos las organizaciones no invierten en
capacitar a su personal, no solo por considerarlo un gasto inútil sino por el
miedo que tienen de que su personal deje la compañía, una vez
que se encuentre capacitado para lograr una mejor posición laboral.
¿Por qué capacitar a los empleados? La
razón fundamental consiste en darles conocimientos, actitudes y habilidades que
requieren para lograr un desempeño óptimo. Las
empresas deben sentar las bases para que sus colaboradores tengan la
preparación necesaria y especializada que les permita enfrentar en las mejores
condiciones a sus tareas diarias. Y para esto, no existe mejor medio que la
capacitación, que también ayuda a alcanzar altos niveles de motivación,
productividad, integración y compromiso en el personal, afirmación hecha por una ejecutiva de recursos humanos y que se publicó en una conocida revista de negocios en México.
Implementar un programa de capacitación constante es cada vez más una necesidad, sobre todo cuando se busca un diferenciador entre el mundo de empresas que representa nuestra competencia, de hecho invertir en el personal se reflejará en las actitudes de los empleados, y tarde o temprano en las actitudes hacia los clientes, y este es precisamente uno de los mejores diferenciadores para una empresa y un aspecto que seguramente generará un impacto positivo en la fidelidad de nuestra clientela.