Desde
que Daniel Goleman publicara su libro Inteligencia
Emocional: por qué puede ser más importante que el coeficiente intelectual,
mucho se ha podido ver en el terreno de la práctica en muchas empresas. Por
ejemplo, cuando una gran empresa de cosméticos usó la inteligencia emocional
como criterio de selección de sus representantes de ventas, encontró que los
empleados emocionalmente inteligentes superaron en ventas por mucho a sus
colegas.
La
inteligencia emocional es importante para construir equipos de trabajo y redes
dentro de una organización. Es vital para los líderes a todos los niveles,
incluyendo los ejecutivos. Se ha encontrado que los administradores de tiendas
al menudeo que tuvieron la capacidad de manejar el estrés, lograron mejores
ganancias netas y mayores ventas por metro cuadrado, por empleado y por cada
peso de inventario.
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