Un
momento clave lo podemos definir como un evento detonante en nuestras vidas que
representa un reto y que nos exige tomar una decisión.
Conciente
o inconcientemente nuestra respuesta puede tomar dos direcciones: hacia el
éxito o hacia la simple sobreviviencia.
La
ruta del éxito comienza cuando somos capaces de aceptar la realidad tal cual
es, en lugar de querer que las circunstancias sean las que desearíamos.
Posteriormente la ruta continúa con actuar con responsabilidad, sin echar a
otros la culpa de nuestros errores o de las circunstancias desagradables. El
tercer paso consiste en clarificar nuestra visión y propósito, definiendo las decisiones que vamos a tomar
para resolver la problemática que estemos enfrentando. El último paso es
proceder con integridad, lo cual significa hacer las cosas en base a
principios, y no en base a nuestras emociones.
La
ruta de la sobrevivencia significa que nuestras decisiones nos llevan a la
simple subsistencia, en un camino que empieza por resistir a la realidad y
encerrarnos en un mundo que solo en nuestra mente existe. Después aparece el
abandono de la responsabilidad, que se caracteriza por buscar culpables a la
situación que estemos enfrentando. Posteriormente se presentará la falta de
visión y propósito que nos llevará a dar tumbos sin atinar a tomar una buena decisión.
El útlimo paso es el más desesperante, pues después de todo este proceso
terminaremos actuando por miedo, solamente reaccionando con temor e inseguridad
en un acto de mera supervivencia.
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