lunes, 15 de julio de 2013

¿Qué es la inteligencia emocional?


              Es una cualidad que tiene que ver con la conciencia que tiene una persona acerca del ambiente que le rodea y la respuesta responsable que tiene hacia ese ambiente.

              En la escuela aprendimos varias habilidades de inteligencia referentes a problemas matemáticos, conceptuales y de destreza mental, todas ellas enmarcadas dentro del concepto tradicional del coeficiente intelectual, en el que se pone poca atención al aspecto emocional del individuo. La vida real en los ambientes laborales es más que este enfoque, pues las personas se encuentran inmersas en situaciones en las que se requiere una buena actitud para salir adelante, aparte de habilidades mentales conceptuales.

             Estas carencias pueden ser superadas en los adultos por medio de un buen programa de inteligencia emocional, en el cual se aprenden las habilidades necesarias para ser personas emocionalmente competentes. Con un correcto entrenamiento en inteligencia emocional una empresa puede ganar mucho a través de tener personal que puede funcionar más eficientemente, ser más productivo y ser más estable dentro de la compañía.

      Un buen programa de inteligencia emocional incluye trabajar con la integridad, la concientización, la responsabilidad, el autocontrol y la autovaloración. La integridad es un principio que nos lleva a proceder bajo principios en vez de hacerlo por emociones, e incluye la habilidad de controlar la gratificación y canalizar las emociones para impulsar positivamente nuestras vidas.

            Nuestros principios determinan cómo percibimos las circunstancias y a las personas, cómo concebimos el éxito o el fracaso, si somos optimistas y alegres o pesimistas y depresivos. Tanto en el trabajo como en nuestra vida enfrentamos momentos que pueden ser desde excitantes hasta angustiosos; un buen entrenamiento en inteligencia emocional nos ayudará a entender que la realidad que enfrentamos no cambia, pero nuestra respuesta interior a esos hechos es una decisión personal. De esta manera podremos enfocarnos en las tareas y tomar decisiones en vez de perder el tiempo buscando culpables o quejándonos.

            El entrenamiento nos puede ayudar a ser responsables de nuestras decisiones, a tener una clara visión de nuestros objetivos y de la manera de cumplirlos, haciéndonos mas productivos y capaces de superarnos.

                 Si los empleados tienen más conciencia de sus emociones y aprenden a controlarlas, su lugar de trabajo será no solamente más placentero, sino más productivo.

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