Planeando nuestras tareas

                  Una administración eficaz del tiempo comienza con una planeación basada en nuestras prioridades; teniéndolas claras nos facilitará alcanzarlas.  Consideremos priorizar nuestros objetivos por orden de importancia y no por urgencia. Establecer objetivos es planear, planear es tomar el control, tener el control nos auto empodera.

                  Debemos recordar siempre que el tiempo es un recurso limitado, que cuando lo perdemos no lo podemos recuperar; el dinero va y viene, pero el tiempo no.

                  Hay tres palabras claves que nos ayudarán a lograr una mejor organización de nuestras actividades:

1. Esclarecimiento. Debemos definir claramente qué es lo que queremos hacer.

2. Elección. Necesitamos tomar una decisión entre las alternativas que tengamos.

3. Programación. Debemos calendarizar la opción u opciones seleccionadas.

                  Planear es poner nuestra atención en los objetivos y determinar cómo los alcanzaremos; es una manera de predeterminar un curso de eventos. También debemos visualizar qué es necesario que ocurra para alcanzar tales objetivos y cuándo es necesario que ocurra.

                  Al mismo tiempo debemos evaluar las posibles contingencias que es probable que sucedan para tener un plan para enfrentarlas; debemos tomar en cuenta que es común enfrentar imprevistos por lo que el proceso de planeación siempre debe ser flexible.

                  Planeación es el proceso por medio del cual determinamos cual es la manera más eficaz de alcanzar nuestros objetivos, preparamos lo necesario para superar las dificultades imprevistas con los recursos adecuados, y evitamos caer en la trampa de trabajar duro pero obteniendo pobres resultados. Es el inicio del proceso de convertir nuestros sueños y simples ideas en resultados reales y palpables.