Hay
una frase que se oye en el mundo empresarial de nuestro tiempo que dice que las
empresas exitosas tienen un foco de atención en común: los clientes. No importa
qué tipo de negocio sea, el éxito seguramente vendrá a aquellos que se
obsesionan con cuidar a sus clientes.
La
atención a clientes es una parte esencial en cualquier puesto y en toda
organización, y tiene un impacto crucial en las utilidades. Las empresas
exitosas tienen costos de mercadeo bajos, un nivel bajo de quejas y una cartera
de clientes leales. El buen servicio a los clientes internos también tiene
importantes recompensas como: ausentismo y rotación de personal bajos, mientras
que la satisfacción en el trabajo es alta y el ambiente laboral satisfactorio.
En
este punto es importante reconocer que una empresa tiene dos tipos de clientes,
los externos y los internos. Los externos son los que compran nuestros
productos finales y consumen los servicios que ofrecemos, mientras que los internos
que son las personas que trabajan con nosotros dentro de nuestra empresa y que
requieren de las labores que nosotros desempeñamos.
Aunque
el enfoque de atención a clientes se concentra en los clientes externos, que
son de los que finalmente la organización depende en primer grado, no se debe
minimizar la importancia de dar un servicio satisfactorio a los cliente
internos, pues una falla en ésta área tarde o temprano se reflejará en es
desempeño general de la empresa.
Por
otro lado, es un hecho que aquellas compañías para las que el servicio a
clientes es una prioridad en la que buscan dar más que un servicio promedio,
tienen mejores resultados que aquellas que consideran la atención a clientes
como un mal necesario.
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